Una recompensa por cobrar

Hoy no quiero seguir las reglas de la rima, la métrica ni la décima. Hoy escribo con el corazón en las manos, con las letras de mi alma y las palabras de mi vida. Hoy me atrevo a retar a aquellos que pretendan matar la inspiración, a desaparecer las musas y los romeos. Lucharé contra aquellos que no creen en los sueños ni en los imposibles, es que no saben por qué es que se vive.

Olvidaré por un momento que ayer la poesía invadió mi razón y mi existencia, olvidaré que se adueñó de mi estancia en el estudio, que se mezcló entre mis libros, degradó sus versos por mis pinceles, trazó suaves y sublimes líneas en mi libreta de dibujos, hasta que oscureció la tímida luz que sigilosa penetraba por la ventana, y finalmente la llenó de una ruidosa sombra.

Bajo esa misma sombra me he levantado y he sentido lo que muy pocos han sentido. Caminé por senderos sin ladrillos, entre bosques encantados de ilusiones azules, blancas y amarillas. Bajé por los rocosos acantilados de las verdades, y muchas veces rodé cuesta abajo sin frenos a mi intensidad. Al final el dolor fue casi insoportable, y en mis intentos por curar mis heridas bajo la luna, fueron sus tiernas lágrimas las que muchas veces me hicieron sanar… poco a poco.

Esperaré a la distancia de una calle que se asome inquieto y embelesado ese sol que tantas veces me iluminó. Esperaré a que proponga una tregua a todas las tempestades y salga victorioso de aquellas batallas. Extrañaré el camino en los atardeceres de los domingos en sepia, ahora no sé qué color irán a tener. Y escucharé lo que un fantasma quiso decir una vez cuando se escondió del mundo bajo túneles de crueldades, maldades y odios… eso no lo olvidaré.

Romperé los estigmas con los que muchos en algún tiempo me marcaron, y los marcaron a ellos también. A pesar de todos los esfuerzos, de las noches bajo la luz de las velas, de los párpados casi cerrados, del cansancio en cada espacio de mi cuerpo, de la música que me ha acompañado hasta el amanecer y del intermitente sonido de las aspas del viento… a pesar de todo eso sé que hay un precio que pagar y una recompensa por cobrar.

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