Una máquina perfectamente imperfecta


Dicen que el ser humano es la máquina más perfecta que puede haber, y que por ahora (hasta donde yo sé) no se ha inventado ningún objeto o ‘robot’ que pueda realizar a la vez y coordinadamente todo lo que puede hacer nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro corazón.

Sin embargo, así mismo como podemos ser perfectos (en nuestro funcionamiento), podemos llegar a ser tan imperfectos como jamás lo hubiésemos podido imaginar. Una persona con una disminución en sus capacidades físicas no es imperfecta, que tenga alguna enfermedad, ideas diferentes u orientaciones sexuales diferentes a las nuestras, no es imperfecta, es un humano como nosotros. A la imperfección que me refiero es a la de nuestros actos, nuestro forma de proceder y lo errores que llegamos a cometer.

No sé quién es la persona más perfecta que existe, porque no la he conocido, y creo que nunca la conoceré, hay quienes dicen que sí la hay. Yo me mantengo con la idea de que estoy rodeado de cientos de miles de millones de personas (las cuales puedo ver) cuyos errores cometidos en el pasado son los que los ayudarán a tener un futuro un tanto mejor e intentando que el mismo sea “cuasi-perfecto” (y me incluyo).

Repito, no somos perfectos. Eso de que lo que me pasó o hice ayer no me volverá a pasar o no lo volveré a hacer muy pocas veces lo cumplimos, sólo cuando hacemos conciencia y en verdad reflexionamos sobre estos actos es que ‘quizás’ no los hagamos de nuevo. En el camino de nuestra vida nos encontraremos con muchas situaciones y con muchas personas que aparecerán para guiarnos y ayudarnos o no a tomar las mejores decisiones, a no cometer errores, porque de los errores de esas personas también aprendemos, es como una cadena.

Quizás, dentro de nuestra propia imperfección está la respuesta a muchas de nuestras preguntas, a fin de cuentas eso es lo que nos hace igual los unos a los otros: seres humanos. ¿Quién nos hizo así? No sé... les digo que soy feliz así como soy. Pero seguimos siendo la máquina más perfectamente imperfecta.
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La pintura que ven al inicio de esta entrada se llama "Máquina del Corazón", la hice hace diez años (1998). Con solo verla se dan cuenta que hasta eso, el corazón, es imperfecto.

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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Somos únicos, somos imposibles de ser iguales a otras especies en el mundo. Asi es el ser humano, y como tu lo dices somos lo mas imperfecto que pueda existir en la faz de la tierra. Y como lo había mencionado antes, de los errores también se aprende, nos hace grande porque sabemos en donde estan nuestras fallas, nuestras debilidades y de alguna forma estas experiencias nos permiten ser más fuerte cada día. Sin embargo existen muchas situaciones que los seres humanos cometemos y es el lastimar, agredir, insultar, ofender con nuestras acciones a otras personas que en su mayoría son personas allegadas o conocidas y pueden llegar a hacernos sentir lo más degradante que exista en el momento. Vivimos en tiempos en que todavia existe la discriminación y el desprecio hacia los demás, solo por el hecho de pertenecer a una sociedad no tan grata, o por tu color de piel o religión. Todavía existen seres humanos que no logran entender lo que quiere decir la palabra convivir, aceptar, compartir, sobrellevar. Y con nuestros actos a veces no nos lleva a pensar que como maquinas imperfectas aún no logramos encontrar nuestro propio equilibrio, jamás seremos perfectos pero como seres pensantes debemos ser capaces de entender el significado del respeto, del perdón y la comprensión. Vale la pena dar una oportunidad y buscar las formas de cambiar el modo de ver la cosas negativas de algunas maquinas totalmente imperfectas. No dejen que como máquinas imperfectas, depreciemos la vida util sin haber hecho algún tipo de mejora que nos permita seguir produciendo las mejores ideas para vivir en un mundo mejor.


Saludos,

Jonathan
Anónimo ha dicho que…
A decir verdad no me considero máquina mas bien una identidad pues existo y soy único; todo lo que hago día a día es mi representación de mi como individuo

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