Presupuesto para el corazón

Pero... una vez sabemos administrar nuestros sentimientos, nuestros latidos y nuestros pensamientos... ¿estaremos preparados para dar el siguiente paso? Solo cuando dejemos a nuestra soledad a un lado y sepamos estar con nosostros mismos entonces daremos ese paso. Solo cuando seamos verdaderamente felices con nosotros mismos es cuando vamos a poder compartir nuestra felicidad con otra persona, no es hacerla feliz, sino compartir con el/ella todo lo que llevamos dentro de nuestro ser.
Mantener un corazón en óptimas condiciones implica reservar un prespuesto que sea capaz de afrontar los gastos de las tristezas, las amarguras y los malos momentos. Implica inyectarle dosis de sabiduría, madurez y visión para poder seguir adelante con los nuevos retos de los planes que nos hayamos establecido a corto, mediano o largo plazo. ¿Qué tan difícil puede ser dar ese paso? Muy difícil. Más para aquellos que por mucho tiempo no le han volteado la mirada a ese corazón, para dejarlo a un costado del escaparate de los recuerdos e intentar acariciarlo de vez en cuando con falsas manos que lo único que causan es más dolor y olvido.
Darse a uno mismo la oportunidad de crecer junto a otra persona es estar decididos a invertir en nuestro corazón, dándole el benficio de estar saludable en todos los sentidos. Si la administración no funciona, es mejor ser honestos y declarar un cierre temporal (solo lo necesario) de las oficinas, para poner las cosas en orden y volver a crecer desde nuestro interior. Las fachadas solo son eso, fachadas, paredes, puertas ventanas, que una vez las abres podrás darte cuenta de cuál es el verdadero equipo con el cual trabajas, con el que administras tus sentimientos y el encaragado de ofrecerle un presupuesto de grandes momentos a nuestras vidas.
Saludos.
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