¿Somos como Él?
Todo mi bachillerato lo hice en un colegio católico, donde todas las semanas íbamos a misa, donde una o dos veces a la semana nos impartían clases de religión, una o dos veces al año íbamos a retiros espirituales, a los llamados "EJES" (Ejercicios Espirituales), con el objetivo de estar en paz con uno mismo y estar en paz con el ser supremo: Dios. Desde muy niños, en casa, incluso en el colegio, nos enseñaron que el ser humano está hecho a imagen y semejanza de Dios, y que por lo tanto, nuestras acciones durante nuestro paso por la vida serían cuidadosamente observadas por Él, por todos los santos y una gran compañía de ángeles, arcángeles y seres celestiales. Si haces algo mal, recibirás un castigo, si actúas y haces el bien, ganarás escalones al cielo, o quizás, estarás más cerca de Dios y todos los demás seres. Pero con el paso del tiempo, nos vamos dando cuenta que el ser humano no es Dios. Si hay un ser que quiso que nosotros fuéramos una imagen de él, pues lo